Lo encontraron sin vida a las 11.30 el miércoles 25 de noviembre de 2020, cuando fueron a despertarlo. Según el resultado preliminar de la autopsia, el fallecimiento fue consecuencia de una insuficiencia cardíaca aguda que le generó un edema de pulmón.

Diego Armando Maradona murió este miércoles 25 de noviembre de 2020 como consecuencia de una insuficiencia cardíaca aguda, que le generó un edema de pulmón, en el barrio San Andrés, en el partido bonaerense de Tigre, donde se había instalado días atrás luego de la operación en la cabeza a la que fue sometido por un hematoma subdural. El 30 de octubre había cumplido 60 años.   

Allegados al DT de Gimnasia y Esgrima de La Plata confirmaron que Maradona se descompensó este mediodía y que ni la enfermera que lo acompañaba las 24 horas ni un médico que en ese momento se encontraba en la vivienda pudieron reanimarlo.

Los profesionales pidieron rápidamente asistencia: llegaron varias ambulancias al domicilio, pero no pudieron hacer nada. La noticia generó una fuerte repercusión mundial.

Para muchos, aun con polémicas alrededor de su figura y algunas de sus acciones, Diego Maradona es el máximo futbolista de todos los tiempos, el autor del mejor gol de la historia de los Mundiales, y considerado para la FIFA como “Jugador del siglo” con el 53,6% de los votos en una elección hecha en su web oficial.

Su figura es tan venerada en todo el mundo que hasta cuenta con una Iglesia Maradoniana, que festeja la “Navidad” cada 30 de octubre, día de su nacimiento en 1960, y es considerado un semidiós en Nápoles, club en el que salió campeón cuatro veces (dos Scudettos, una Supercopa italiana y una Copa UEFA), algo que ni antes ni después de él volvió a conseguir. Fue campeón mundial con la selección argentina en 1986, brillando como pocas veces lo consiguió ningún jugador, finalista en 1990 y campeón mundial juvenil en 1979. También fue director técnico de la selección argentina entre noviembre de 2008 y julio de 2010, cuando fue eliminado por Alemania en el Mundial de Sudáfrica (4-0). Tiene el récord de haber sido cinco veces máximo goleador del torneo oficial argentino.

Un hombre lamenta la muerte de Maradona frente al estadio de Napoli, en Italia (Foto: Reuters)Un hombre lamenta la muerte de Maradona frente al estadio de Napoli, en Italia (Foto: Reuters)

Nació en el Policlínico de Lanús y su infancia transcurrió en un hogar muy pobre de Villa Fiorito, aunque su familia era originaria de Esquina, Corrientes (“con los años entendí por qué a mi mamá le dolía la panza, es que nos daba todo lo que tenía para comer a nosotros”, pudo reconocer). Fue el primer varón y quinto hijo del matrimonio entre Diego Maradona y Dalma Salvadora Franco (“Don Diego” y “Doña Tota”). Luego tuvo otros dos hermanos, también futbolistas, Raúl (“Lalo”) y Hugo (“Turquito”). Comenzó a jugar al fútbol en un potrero llamado “Las Siete Canchitas” e integraba el equipo infantil “Estrella Roja”, junto a “Goyo” Carrizo –del que se decía que era un crack de su misma estatura pero que se malogró–, quien convenció a Francisco Cornejo, un ojeador de futuras figuras, para que lo viera jugar. “Los Cebollitas” fue un equipo creado por Cornejo para disputar los Juegos Nacionales Evita de 1973 y 1974. Este equipo en realidad era de las inferiores de Argentinos Juniors, a donde Maradona había ido a probarse en 1969 y ganó el torneo y el de la octava división.

Permaneció con Cornejo hasta los 14 años, cuando Argentinos Juniors lo pudo fichar en la AFA. Ese equipo permaneció invicto por 136 partidos y ya desde chico deleitaba a los hinchas en La Paternal porque hacía jueguito en los entretiempos –en aquella época se los llamaba “Fulvipibes”– y hasta le gritaban “que se quede, que se quede” cuando se reanudaba juego. Era tal su habilidad que fue convocado por el conductor “Pipo” Mancera para el popular programa de TV Sábados Circulares en donde dijo algo premonitorio que todos los documentales repiten: “Mi primer sueño es jugar en Primera y el segundo es salir campeón”.

Maradona en Cebollitas y debut en Primera (1969-1978)

El 28 de septiembre de 1971, le realizaron la primera entrevista. “Es zurdo pero sabe usar la derecha. Diego Caradona (sic), diez años, se ganó calurosos aplausos en el entretiempo de Argentinos Juniors e Independiente, haciendo gala de una rara habilidad para el ‘jueguito’ con el empeine y hasta con chanfle. Con una camiseta que le queda un poco holgada y el flequillo que no lo deja ver, Dieguito parece escapado de cualquier baldío porteño ‘de los de antes’. La duerme, la levanta con doble pisada y tiene todo el porte del jugador nato. No parece un pibe de hoy, pero lo es: y con ese amor tan argentino por la pelota, nuestro fútbol nunca dejará de nutrirse de grandes jugadores”. El artículo de Clarín se tituló “Un sueño de barrilete”, por Horacio Pagani, aunque eso se aclaró una década más tarde, porque no llevaba firma.

Cornejo, que se llevó la última camiseta de Argentinos que usó Maradona en su vida, recordaba que “a veces, debía vérselas con defensores que lo superaban en edad, estatura y peso, pero igualmente se imponía. Tenía una gran visión del campo de juego. Mientras a los diez años a muchos chicos les gustaba jugar al baby fútbol en un campo de dimensiones reducidas, Los Cebollitas preferían el reglamentario, con todos los problemas que esas dimensiones comportaban”.

Por esos años, Maradona solía ir a ver a Independiente en Avellaneda y era admirador de Ricardo Bochini (con quien pudo jugar más tarde algunos amistosos y ya luego en la selección argentina, y a quien recibió, cuando el ya veterano jugador ingresó ante Bélgica en el Mundial de México, con un “pase, maestro, lo estábamos esperando”), aunque criado en un hogar de hinchas de Boca Juniors.

Maradona, campeón del Mundial juvenil de 1979 (Tomikoshi Photography)Maradona, campeón del Mundial juvenil de 1979 (Tomikoshi Photography)

Debutó en Argentinos Juniors el 20 de octubre de 1976 ante Talleres de Córdoba y la primera pelota que tocó fue un túnel a Juan Domingo Patricio Cabrera. Ingresó con el número 16 por Rubén Giacobetti al inicio del segundo tiempo. “Ese día toqué el cielo con las manos”, recordaba siempre. Su primer gol lo convirtió poco después, el 14 de noviembre, ante San Lorenzo de Mar del Plata por el torneo Nacional. Ese día hizo dos al arquero Rubén Lucangioli.

El 27 febrero de 1977 ya fue convocado por Menotti para la selección argentina. Su debut fue en la Bombonera ante Hungría, ingresando en el segundo tiempo por Leopoldo Luque. Argentina ya ganaba 4-0 y la gente empezó a corear su nombre. Ese año se concentró con el juvenil argentino para jugar el Sudamericano de Venezuela, clasificatorio para el Mundial de Túnez. Tenía 16 años y sus compañeros, 19. “El pibe Maradona es medio equipo”, contaba el enviado de Clarín, pero con dos derrotas y un empate, la selección no conseguiría el objetivo.

Uno de sus primeros golpes en el fútbol lo recibió el 19 de mayo de 1978, cuando César Luis Menotti lo excluyó del Mundial de Argentina en la concentración de José C. Paz junto a Humberto Bravo y a Víctor Bottaniz. “Pensé que no me hablaba en serio cuando me lo dijo. No lo podía creer. Al enterarse de la noticia, él se fue corriendo de la concentración. En esa última práctica, los suplentes les habían ganado 5-1 a los titulares con cuatro goles de Diego”, recuerda Roberto Saporiti, ayudante de Menotti en aquella selección.

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Por esos años, Maradona –que cantaba “El Sueño del Pibe” en el programa de Minguito Tinguitella cambiando la letra, de “seré un Baldonedo, un Martino, un Boyé” por “Seré un Maradona, un Kempes, un Olguín”– brillaba en todas las canchas con Argentinos, aunque nunca pudo ganar un campeonato, pero sí fue el máximo goleador de varios torneos: Metro 78, Metro y Nacional 79 y Metro y Nacional 80. Varias veces peleó los campeonatos. Fue segundo de River en el Metro 80 y pudo haber avanzado en el Nacional 80, pero en ese momento Menotti lo convocó para una larga concentración de la selección argentina para el Mundialito de principios de 1981 en Uruguay. Maradona estuvo a punto de renunciar a la selección pero Menotti le dijo que, si lo hacía, no le podía garantizar una plaza en el Mundial de España 1982, así que dejó el club y perdió la chance del título.

En 1979 ya había sido convocado por Menotti para integrar la selección mayor y deslumbró en una gira por Europa, en la que convirtió su primer gol con la celeste y blanca ante Escocia al ganar 3-1, pero lo que quedó en la retina es una brillante jugada en Wembley ante Inglaterra que no fue gol sino que la pelota rozó el poste ante la salida del arquero Ray Clemence, que puso de pie a los espectadores con un cerrado aplauso. Esa jugada luego sería clave para el gran gol que le convertiría siete años después a Inglaterra en el Mundial de México 1986, al recordar, cuando enfrentaba a Peter Shilton, que su hermano le marcó un error en aquella definición.

 

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