En Dalmine, en el smart lab de Asea Brown Boveri, ABB, la multinacional suiza con más de 135.000 empleados y presencia en 100 países, las máquinas hablan. Robots, paneles con miles de interruptores que imitan complejas instalaciones eléctricas de edificios e industrias, simuladores de tormentas, y entornos de realidad aumentada para operar de forma remota ante sucesos especialmente hostiles, se comunican con los operadores a través de millones de parámetros que los convierten en más fiables y predecibles.

La firma, con centros de producción en Bilbao (Bizkaia), Oiartzun (Gipuzkoa), Córdoba, Zaragoza y Sant Quirze del Valles (Barcelona), además de sede en Madrid y la central en Zurich, está volcada en la Industria 4.0, esa que persigue proporcionar información suficiente a los usuarios, no solo para conocer mejor como funcionan y el nivel de eficiencia de los dispositivos que fabrican, sino para aplicar un mantenimiento que denominan predictivo y que puede ahorrar mucho dinero y tiempo a las compañías que compran su tecnología.

CRECIENDO TAMBIÉN EN EL TERCER TRIMESTRE

Los pedidos en el tercer trimestre de 2017 siguen creciendo en ABB. En concreto el 5% en todos los negocios y en todas las regiones. Los pedidos base (por debajo de 15 millones de dólares) crecieron un 6%, mientras que los pedidos mayores cayeron un 5%.

El EBITDA operativo fue de 1.124 millones de dólares, el 3% superior, igual que la facturación, y el beneficio neto creció en tres millones de dólares gracias a la automoción y redes eléctricas.

En el laboratorio italiano, la compañía ensaya su propio futuro, sobre todo en los dos sectores en los que son líderes mundiales como las tecnologías en generación de energía eléctrica y automatización industrial. Las innovaciones más punteras se prueban antes de llevarlas al mercado, y se someten a toda clase de exámenes en las condiciones más difíciles con un único objetivo: ayudar a mejorar la productividad de todos los clientes.

Es decir, para fidelizarlos, consolidándose como el socio estratégico de referencia en toda la cadena de valor eléctrica. En uno de los laboratorios ubicados en una zona industrial de las proximidades de Bérgamo, Italia, una persona ataviada con unas gafas y un mando especial se mueve ante una máquina virtual para repararla. Sus movimientos se pueden reproducir con exactitud a miles de kilómetros. Pero además, gracias a la realidad aumentada, los especialistas que instalan y adaptan los equipos eléctricos, son capaces de instruirse y ensayar operaciones críticas sin ningún riesgo, antes de llegar a la zona electrificada.

En otro punto de sus instalaciones un empleado con botas de goma y traje aislante aplica descargas a una hélice gigante con diferentes potencias e intensidades. Una luz azulada en forma de arco y bastante ruidosa une dos estructuras metálicas y después de apaga. Se trata, dice uno de los investigadores, de garantizar a sus clientes la estabilidad de sus instalaciones incluso con mucha electricidad ambiental.

En Dalmine tienen claro el concepto: “La seguridad es lo primero” y junto a ese objetivo buscan garantizar a sus clientes un flujo eléctrico más fiable, seguro y eficiente. ABB trabaja, además, junto a Microsoft en la reorganización del conocimiento de la compañía para prestar mejores servicios a sus clientes. Se trata de proporcionar información digital y herramientas precisas que les permitan seleccionar los productos que necesitan con mayor rapidez y con toda clase de facilidades para adaptarlos a sus necesidades.

Fruto de ese trabajo ABB ha suscrito un acuerdo estratégico de colaboración para implantar la plataforma Microsoft Azure. Esta plataforma incorpora un creciente número de herramientas para la gestión y jerarquización de información digital como bases de datos, herramientas de análisis o de seguridad y acceso que dota a la empresa y a los clientes de mayor flexibilidad. En ABB a ese sistema de transferencia de conocimiento lo llaman ABB Ability.

Engloba ya unas 200 ofertas digitales desde soluciones de monitorización remota de robots, motores y máquinas, hasta sistemas de control para industrias de proceso y para todo tipo de instalaciones e infraestructuras, como edificios, redes de carga de vehículos eléctricos, fábricas o plataformas marinas. Engloba también funcionalidades de computación en la nube y de Internet de las cosas para supervisar, optimizar, controlar y automatizar instalaciones de todo tipo. En Dalmine ABB maneja el futuro y doma los elementos necesarios para liderar y consolidar el presente.

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