Mary L. Trump, sobrina del presidente de EE. UU., Donald Trump, dice que lo que más le preocupa de que su tío sea reelegido es que la democracia estadounidense “resultaría muy afectada”. La autora de ‘Siempre demasiado y nunca suficiente: Cómo mi familia creó al hombre más peligroso del mundo’ habló con EL TIEMPO sobre su libro y su relación con el presidente.

 

¿Quién es Donald Trump para usted?

Donald ha sido alguien que pasó de tener muy poca presencia en mi vida a ser alguien que, en virtud de su puesto en la Oficina Oval, ha tenido un impacto muy grande en mi día a día en una manera que nunca pude anticipar.

Cuando yo era una niña y cuando estaba en mis 20, nosotros nos llevábamos bien, pero yo no lo tomaba particularmente en serio. Todavía es difícil hacerlo. Pero tengo que tomar su comportamiento como algo serio, pues ha tenido un impacto muy grande en mí y en los demás. Yo trato de despegarme de nuestra relación porque hace un poco más difícil darme cuenta diariamente de que él es mi tío.

¿Cómo fue para usted crecer en la familia Trump y cerca de él?

A veces, con la retrospectiva entendemos lo mal que estaban las cosas o qué tan disfuncionales eran. Mi familia no es la única familia disfuncional que ha existido. Solo parecía normal la forma como eran las cosas. En la casa de mis abuelos, el racismo, la forma como eran tratadas las mujeres, como ciudadanas de segunda clase, y la frialdad parecía normal. Sin embargo, yo me la llevaba bien con mis tíos, aunque nunca fui cercana a ninguno. Esto es algo que se vuelve más claro años después cuando no se está en medio de eso.

En su libro hay detalles del comportamiento de su tío. ¿Qué la llevó a poner ahí toda esta información y recuerdos sobre él?

Lo primero es que si él no hubiera llegado a la Casa Blanca, yo nunca hubiera escrito el libro. Una parte de eso era sentir la obligación de ayudar a la gente a entender quién es él y por qué es peligroso. Como psicóloga yo entiendo lo importante que es la historia, y cómo la historia personal de la familia de alguien es importante para entenderlo. No hubiera sido muy fácil hablar sobre sus comportamientos actuales, que todos podemos ver, sin ponerlo a él en contexto. Eso era extremadamente importante para mí.

Yo trato de despegarme de nuestra relación porque hace un poco más difícil darme cuenta diariamente de que él es mi tío

En el camino se encontró con muros porque la familia Trump trató de detener la publicación del libro. ¿Cómo fue esa batalla para usted?

Sabía que iba a pasar. Si no hubieran tratado de demandarme habría entrado en un ‘shock’ (risas). Era algo para lo que yo estaba preparada. Lo que yo encontré interesante es que en la discusión de querer parar el libro, ellos dijeron que este contendría cosas muy malas. Y ellos no tenían ni idea de lo que había en libro, no lo habían leído. Eso me hizo pensar: ‘¿Qué clase de cosas malas tienen ellos en la cabeza? Porque claramente están pensando en cosas muy malas que hicieron. ¿Por qué están tan preocupados?’. Si no hubieran hecho nada, ¿cuál era problema?

Usted dijo que para su tío ‘mentir era una forma de engrandecimiento’. ¿Eso explica por qué hace afirmaciones que muchas veces no son ciertas?

Es exactamente eso. No es la única razón, pero es, de lejos, la más grande. Muy en el fondo, Donald sabe que no está consumado, que no es exitoso, que no es grandioso en ningún aspecto. Cuando él dice estas cosas no solo está tratando de convencerse a sí mismo, sino también a mi abuelo. Creo que Donald aún le tiene mucho miedo, a pesar de que ha estado muerto por más de 20 años.

¿Cuál es la consecuencia de tener un presidente al que usted describe como un narcisista?

Es extremadamente peligroso. Y Donald no es realmente el problema, son los facilitadores los que son el problema. Debido a que se le ha permitido que actúe como alguien que no tiene preocupaciones fuera de sí mismo, él no va a ayudar a nadie que dañe su posibilidad de hacer dinero o de ser popular con su base. El resto de nosotros siempre vamos a ser puestos de últimos.

Y si él puede hacer más dinero o cree que puede mantener el poder sin hacer nada respecto al virus, no va a hacer nada, no importa cuánta gente muera de manera innecesaria.

No solo es peligroso en este punto, es criminal a un grado en el que no creo que nosotros ni siquiera entendamos todavía.

Expertos dicen que va a ser difícil que Trump deje la presidencia y que un ejemplo de eso es que él cuestiona el voto por correo. ¿Cómo se explica eso desde una perspectiva psicológica? ¿Se trata de un apego al poder?

Creo que opera en un par de niveles. Hay una especie de nivel práctico en el que si él pierde, seguramente iría a la cárcel por crímenes que ha cometido. Le gustaría evitar eso, me imagino. Y desde el punto de vista psicológico, yo sé que para alguien muy narcisista y muy inseguro, perder crearía tanto dolor que lo encontraría intolerable. Él también tiene la idea de que tiene que ganar a cualquier costo porque si no lo hace, no solo sería doloroso, significaría que es un perdedor, lo que en nuestra familia era condenado.

Donald tiene mucho más en juego que estar en la Oficina Oval. Es su psique entera la que tiene que proteger, incluso si él no sabe que eso es lo que está haciendo. Por eso tenemos que estar alarmados, por los límites a los cuales él está dispuesto a llegar. Él ya está haciendo trampa. Usted mencionó su disposición para socavar la confianza de la gente en el voto por correo. Él ya está socavando la confianza sobre la legitimidad de las elecciones, aunque nadie ha votado todavía.


Hace poco, Trump sugirió aplazar las elecciones en EE. UU. Pareciera que está llegando a esos límites…

Él no tiene el poder para posponer la elección. No depende de él. Pero es solo para crear confusión y restar confianza. Él tiene la visión de que las cosas siempre funcionan a su favor.

Crear caos funciona a su favor porque evita que la gente se enfoque en lo que él está haciendo, que es realmente lo que necesitamos, dejar de hacer. Nada de lo que él está haciendo es sorprendente. Hay mucho en juego para él, práctica y psicológicamente. Lo que me preocupa es la forma como lo está haciendo. Y qué poca resistencia hay por parte del Partido Republicano.

¿Qué es lo que más le preocupa a usted de la posibilidad de que Trump sea reelegido?

Creo que el experimento estadounidense llegaría a su final. Nuestra democracia resultaría muy afectada, no habría forma de regresar de eso. No creo que nuestra democracia se pueda recuperar. Y también me preocupa que los resultados malos de eso tengan impacto en el resto del mundo. Va a ser malo para todos nosotros.

¿Qué puede explicar que él todavía tenga tanto apoyo en EE. UU.?

No creo que sea tanto como la gente puede llegar a creer. Es, sobre todo, que el 100 por ciento de los republicanos elegidos, personas en su partido político, en el Senado, en el Congreso, en su gabinete y en las cortes, todavía lo apoyan. Están dispuestos a permitirle que haga lo que él siente que necesita hacer para robarse su camino a la Oficina Oval (…)

No veo cómo alguien, además de los que son verdaderamente racistas, misóginos y antiinmigrantes, lo puede apoyar. Es muy extraño para mí, sinceramente.

¿Cree que hay alguna forma de parar esa persistencia para quedarse en el poder?

El único potencial para que las cosas cambien sería si Joe Biden gana por un margen enorme. Tendría que ser una avalancha para que nadie pudiera pretender que hubo trampa, que los resultados de las elecciones no fueron legítimos. Es la única cosa que yo veo.

Donald tiene mucho más en juego que estar en la Oficina Oval. Es su psique entera la que tiene que proteger, incluso si él no sabe que eso es lo que está haciendo.

¿Hay algo positivo que usted vea en Trump?

No. Ya no. Nosotros solíamos llevarnos bien y, de hecho, él me caía bien. No creo que yo haya pensado que él era una persona particularmente buena, pero él tenía una chispa de algo de él que se podría haber vuelto amabilidad. Pero mi abuelo lo destruyó y dejó muy claro que ese tipo de cosas no eran aceptables para él.

¿Cuál fue ese momento de ruptura en su relación?

No fue nada personal, así suene raro. Después de que me di cuenta de que mis abuelos me desheredaron, en 1999, y mis tías y mis tíos no hicieron nada para ayudarnos, yo dejé de ser parte de la familia. Pasó muy rápido, y nunca cambio.

Usted dijo que haría todo lo que estuviera en su poder para evitar que él fuera reelegido…

Así es. Y no necesariamente sé qué es eso que debo hacer, pero si puedo hacer cualquier cosa para ayudar en la campaña de Joe Biden o tan solo seguir hablando con la gente sobre lo que yo creo son psicopatologías muy peligrosas, porque no se van a poner mejor.

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