¿Por qué mi madre no quiere compartir su crema conmigo? […] Yo solo quería ser como ella, ¿qué he hecho mal?”, se pregunta Mila en el vídeo que encabeza esta noticia. Mila es ya una estrella en Instagram gracias a los vídeos y fotos que cuelga de ella y sus cuatro hermanos Katie Stauffer, madre de familia y esposa, según la descripción de su perfil. Más allá de que Mila es ya the cutest thing in Insta (la cosa más mona de Instagram), su pregunta nos dejó pensando: “Eso, si uso un antiarrugas antes de que me salgan las arrugas, ¿no tendré la cara perfecta de mayor?”. Responden los expertos.
Imaginemos la repisa del cuarto de baño de una casa en la que habitan cuatro mujeres: la madre, de 55 años, y las hijas de 30, 25 y 20. Bien, pues esa repisa estará probablemente abarrotada de botes de diferentes cremas, bien diferenciadas. Y muchos se preguntarán si no valdría con un solo tarro, una misma crema para todas. La respuesta es contundente y clara: “No”.
La razón resulta evidente para Leandro Martínez, director de Dermatología del Hospital Carlos Haya de Málaga y vocal de la Academia Española de Dermatología y Venereología: “Las necesidades de la piel a lo largo de las diferentes décadas de la vida van cambiando debido a lo que en Dermatologíase denomina cronoenvejecimiento. A los 15 años, la piel tiene todos los volúmenes, no suele tener manchas ni arrugas de expresión. Según se adentra en los 20, la piel va cambiando, aparecen algunas arruguitas de expresión que se acentúan a partir de los 30. Al final de esa década puede haber pérdidas de volumen. Y cuando pasamos la frontera de los 55, empieza el descolgamiento”.
Así dicho parece sencillo pensar que, según los años que se tengan, se deberá comprar uno u otro producto. Sí y no. Porque también hay que tener en cuenta el estado de la piel, que varía según factores como la alimentación, el nivel de hidratación, la exposición a agentes externos, en especial las radiaciones solares y la polución. Vamos, que es más complicado de lo que parece. Según el estudio Estrategias antienvejecimiento de la piel, este “es un proceso biológico complejo influenciado por la combinación de factores intrínsecos (genética, metabolismo celular, hormonas y procesos metabólicos) y extrínsecos (exposición crónica a la luz, contaminación, radiación ionizante, sustancias químicas, toxinas)”.
Ana Rocamora, presidenta de la Sociedad Española de Químicos Cosméticos(SEQC) y directora de cosmeticsinMind —ingeniería cosmética dedicada a la creación de nuevos productos—, añade uno más: el estrés oxidativo. “Es un factor que afecta mucho a la estructura dérmica. Hoy se sabe que la piel está muy relacionada con los estados de ansiedad y estrés”. Se demuestra en varios estudios realizados por Elissa Epel, profesora del departamento de Psiquiatría de la Universidad de California.
¿Qué pasa si me pongo una crema para mayores?
“Normalmente, las cremas antiarrugas, al estar pensadas para una edad en que el nivel de grasa de la piel suele haber disminuido, tienen un porcentaje de fase grasa necesario para las pieles maduras, que es excesivo para pieles de otra edad“, explica Rocamora. “Este exceso de grasa no será bien absorbido por la piel y puede contribuir a la oclusión de los poros que ya están afectados por un exceso de secreción sebácea”.
¿Y si las usa la hija de 25 años?: “Puede que ese exceso de fase grasa produzca brillos no estéticos. Además, los ingredientes que estimulan la síntesis de proteínas dérmicas —como el colágeno—, podrían producir un gasto de recursos celulares en una edad en la que no es necesario“. En cualquier caso, está gastando una crema probablemente con un precio elevado de forma inútil, ya que esa piel no necesita los componentes que lleva la antiarrugas.
Cuánto más para Mila, la niña del vídeo que apenas cuenta con unos tres años, a pesar de su elocuencia. [Para quienes se lo estén preguntando, su madre explica en su blog que tan solo emplean 15 minutos a grabar cada vídeo y que los vídeos no están del todo guionizados: “O grabamos a Mila contando una historia o le hacemos preguntas para que se explaye y según lo que haya salido le pedimos que diga algunas cosas para que el vídeo quede completo y toda la historia tenga sentido… ¡o resulte incluso más divertida!”].
Leandro Martínez añade una razón más para no usar las cremas antienvejecimiento antes de tiempo: “Si el producto contiene ácido retinoico, que es un componente muy potente, es posible que se le irrite la piel o incluso que se la queme si la expone al sol. Sin embargo, si se trata de una hidratante, no hay peligro”.
Pero entonces, ¿cuándo hay que empezar a usar cremas antiarrugas? El dermatólogo apunta a los 30 años. A partir de los 25 se deben emplear hidratantes e incluso cremas con ingredientes antioxidantes como la vitamina C, uno de los componentes esenciales de la dermis, como se deduce de este estudio de 2015. “Aunque depende del envejecimiento de cada piel. A veces encuentras mujeres de más de 40 años con mejor piel que otras de 25”, concluye.
El caso es que la repisa del baño sigue a tope de cosméticos. Algunos sí pueden compartirse a pesar de la diferencia de edad. “Madres e hijas pueden compartir alguna mascarilla, limpiadores faciales, protectores solares e incluso productos de maquillaje”, asegura Ana Rocamora. “Puede haber casosen los que la madre tenga la piel mixta y las hijas, la piel seca y sin tendencia acneica, en los que podrían compartir una crema hidratante, pero no es lo habitual“.