Hay una frase en Brasil que el 54% de la población está cansada de escuchar de los blancos: “Eso son cosas de negros”. La expresión, muchas veces disfrazada de falsa broma, le acaba de costar el puesto a uno de los presentadores de informativos más respetados del país, el veterano William Waack. Con su caída, Brasil traza una nueva línea roja contra el racismo.

El comentario es de hace justo un año, pero el efecto, una vez divulgado, ha sido inmediato. Waack, tan elogiado por su cultura como criticado por su agrio temperamento, cubría los resultados de las elecciones en los Estados Unidos para la TV Globo. Se encontraba en un estudio con vistas a la Casa Blanca y aguardaba la señal para comenzar su entrevista con un analista político cuando un claxon parece enfurecerlo. Donald Trump acababa de ganar las elecciones y en las calles ya se multiplicaban los gestos de protesta, de bocinazos a manifestaciones, también de los afroamericanos.

“¿Por qué estás tocando el claxon, gilipollas de los cojones? No voy a decir quién es porque ya lo sé”, exclama el presentador. “Es negro, es cosa de negros”, le susurra a su interlocutor antes de soltar una carcajada. El entrevistado, aparentemente incómodo o confuso, ríe con él, pero recupera enseguida su gesto serio.

La escena ha visto la luz solo ahora y ha causado un maremoto en las redes sociales, demostrando el poder creciente de los movimientos negros en Brasil así como un rechazo frontal a ofensas antes toleradas. El vídeo, que comenzó a gotear en grupos de Whatshap, corrió como la pólvora en la Red y en menos de 24 horas la TV Globo suspendía temporalmente a su estrella. “Estamos visceralmente contra el racismo en todas sus formas y manifestaciones. Ninguna circunstancia puede servir de atenuante”, anunció en un contundente comunicado.

El episodio de Waack obligó a la cadena a lidiar en el mundo real con el tema que ha decidido abrazar en sus telenovelas y producciones cinematográficas. La denuncia del racismo, junto a la homofobia y la intolerancia religiosa, son las nuevas banderas de la emisora, durante mucho tiempo rechazada en  sectores progresistas por su conservadorismo y por representar solo a la elite social y económica, mayoritariamente blanca. La respuesta de TV Globo fue inmediata y estratégica. De nada sirve contratar cada vez más actores y colaboradores negros, exponer la herida abierta del racismo en sus telenovelas, si los rostros blancos y ricos que la representan acaban haciendo alarde público de lo que realmente piensan en privado.

“Los tiempos están cambiando”, asegura Giovanni Harvey, exsecretario nacional de Políticas de Promoción de la Igualdad Racial. “Aunque en privado el brasileño conviva pasivamente con la discriminación, la sociedad, cuando se encuentra de frente con una práctica discriminatoria incuestionable, va a condenarla. Ya no se puede esconder más el asunto bajo la alfombra, mucho menos con el poder de las redes sociales. Ahora, una empresa como Globo está obligada a dar una respuesta que no daría 15 años atrás”, mantiene Harvey.

Aunque hay voces que exigen el despido definitivo del periodista, es un hecho que otros episodios de racismo o acoso sexual no tuvieron una respuesta tan contundente. En enero, participantes de Gran Hermano se burlaron del pelo de una compañera negra, sin ninguna consecuencia. Ese mismo mes un presentador de otra cadena fue despedido por referirse a la cantante Ludmilla como “pobre chimpancé”, pero fue contratado un mes después por otra emisora.

La velocidad con la que Globo se ha pronunciado en este caso también contrasta con la conducta adoptada en marzo después de que una asesora de vestuario denunciase el acoso de sexual de José Mayer, veterano actor-galán de telenovela. El actor insinuó que la mujer confundía realidad con ficción y la cadena tardó cinco días en prescindir de Mayer, presionada, eso sí, por una campaña de las actrices más famosas del país que protestaron bajo el lema “se metió con una, se metió con todas”.

Los responsables por divulgar el vídeo de Waack, un extrabajador de la emisora y su colega, ambos negros, afirmaron que su intención era discutir el racismo. Lo consiguieron en tiempo record. El hastag #ÉCoisaDePreto (son cosas de negros) escaló este jueves hasta los asuntos más comentados de Twitter. Los internautas transformaron la frase racista en una corriente de exaltación de las múltiples victorias conquistadas por los negros de todo el mundo.

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