“Estuvo muy mal. Ya he perdido perdón a mi familia, a mi entrenador y a mi presidente”, ha asegurado Wayne Rooney a su salida de los Juzgados de Stockport donde ha declarado hoy después de ser detenido hace dos semanas por conducir en estado de embriaguez. “Por supuesto que acepto la sentencia y espero poder enmendar esto con mis servicios a la comunidad”, ha añadido el jugador del Everton, de 31 años, que ha sido condenado a 100 horas de trabajo social para la comunidad y se le ha retirado el carnet de conducir durante dos años. Además de este castigo, su equipo le restará dos semanas de sueldo, unas 320.000 libras (cerca de 363.000 euros).
Padre de tres hijos, durante el momento de la detención Rooney se encontraba en el coche con una joven con la que abandonó un restaurante italiano en el que habían estado cenando. “Sólo estábamos en el coche y de repente vimos la luces intermitentes azules detrás de nosotros. Wayne estaba muy preocupado por ello. No sabía qué pensar, todo pasó muy rápido”, aseguró la joven. “No sé si es porque estaba ebria, pero Rooney no parecía tan alcoholizado”, relató.
Rooney regresó al Everton este verano, club en el que se formó como futbolista y que abandonó a los 16 años para recalar en el Manchester United, donde completó 13 temporadas en las que se convirtió en el máximo goleador de los red devils con 253 dianas, superando el registro del histórico sir Bobby Charlton (249). Además decidió abandonar la selección inglesa, en la que había acumulado 119 internacionalidades anotando 53 goles, más que ningún otro jugador en la historia del combinado inglés.
El equipo de Ronald Koeman pasa por un mal momento después de cosechar cuatro derrotas en los últimos cuatro partidos entre liga y Liga Europa, con un balance de 12 goles en contra y ninguno a favor. Ocupa puestos de descenso en la Premier con cinco puntos (una victoria y tres derrotas).